Ultimamente la mujer se va introduciendo en el mundo laboral, político i socioeconómico con una fuerza i una profesionalidad crecientes. Pese a esto, los medios de comunicación quieren llegar a la población dando la imagen de la mujer liberada i moderna que pone de manifiesta solo su vertiente erotico-sexual, que hace de la mujer un objeto de uso para el hombre. Estos mensajes obligan a la mujer a asumir un papel de agresividad sexual para ser cada vez más valorada por el hombre. Ella misma se convierte, al aceptarlo, en objeto de deseo de un machismo retrogrado. Esto hace que aparezcan patronos de la mujer como la “mujer diez”, “ la mujer kleenex, de usar i tirar”, la mujer que piensa que conseguirá la realización personal mediante el máximo de experiencias sexuales.
En relación con esta imagen, la escritora Elisa Lamas comentaba en un artículo la organización generalizada del cuerpo de la mujer, como una perdiz de reclamo, para vender todo tipo de objetos de consumo. De esta manera parece que con el cuerpo de la mujer no puedan haber personas como Marie Curie, la Madre Teresa de Calcuta o Margaret Thatcher, que aunque salgan en los medios de comunicación nunca lo hacen con músicas sugeridas o luces
embellecedoras. Aquello con que se nos bombardea sin compasión es la mujer cascanueces (cuerpo perfecto de una, ojos misteriosos de otra, piernas esbeltas de otra tercera...).
·(El hombre objeto obviamente existe, pero para no hacer excesivamente largo este apartado, mencionar que seria lo mismo que la mujer objeto, pero cambiando la mujer por el hombre y con pequeñas matizaciones.)
MUJER RETRIBUIDA
Los medios de comunicación presentan a la mujer que triunfa como una mujer económicamente retribuida. Está la imagen que la mujer que tiene acceso a un solo sueldo que se realiza en el trabajo. No se habla de otras tareas como son la administración de un hogar, la educación de los hijos, etc... Los anuncios presentan a las mujeres como el patrón del éxito y de la realización, mientras la ama de casa y la mujer que consume el tiempo con sentido de servicio a menudo aparece como una persona de bajo nivel cultural o preocupada solo por problemas funcionales i de poca transcendencia.
¿Porque la retribución de un trabajo es lo que dignifica i valora a este trabajo? Porque estamos inmergidos en una sociedad de consumo.